Creo que sería justo decir que la familia Bauzá es la realeza en el cultivo de uvas en Chile. Originalmente de Mallorca, donde la familia producía vinos y licores, decidieron enviar a su hijo mayor, Lorenzo, a Chile para buscar nuevos horizontes cuando la filoxera devastó los viñedos europeos a finales del siglo XIX. Finalmente, se estableció en Limarí, después de pasar un tiempo en Huasco y Elqui, donde plantó viñedos a gran altitud.
En sus inicios, la compañía se dedicó principalmente al pisco, y en los últimos años han dirigido sus esfuerzos hacia el pisco artesanal de alta gama, logrando ser reconocidos como uno de los mejores productores de pisco en el país. La aventura vinícola de Casa Bauzá comenzó en 1998, cuando Lorenzo (el hijo del fundador) plantó viñas en el viñedo Pelan, en Tiltil, en el Alto Maipo.
La compañía ahora está dirigida por la siguiente generación, bajo la guía de Rodrigo Bauzá, junto con la talentosa enóloga jefe Natalia Poblete. Lo que destaca de estos vinos es su fiel expresión tanto del terruño como de la variedad. El Isabel Carménère, coronado como el mejor Carménère en la guía de este año, es un excelente ejemplo de lo bueno que puede ser el Carménère del Maipo: elegante, redondo y lleno de poder, pero también extremadamente fácil de beber. Además, exhiben un sentido de mineralidad a lo largo de todo el portafolio; son vinos expertamente elaborados y estructurados. Sin duda, el proyecto vinícola de Casa Bauzá ha seguido el posicionamiento premium de su pisco, y la calidad es evidente para todos. Estoy muy contento de que hayan recibido este reconocimiento en la guía de este año. ¡Felicitaciones a todo el equipo!